sábado, 21 de abril de 2018

"GD2: Sobre grandes cambios en la humanidad relacionados con la técnica"





¿Cómo podemos pedir de nuestros alumnos que sean críticos, reflexivo y creativos, si tenemos docentes abocados sólo a su propio saber  y la trasmisión lineal del mismo?

Reconozco que lo político y lo educativo es transversal a la tarea docente, es a partir de allí donde se ajustan las clases según los lineamientos curriculares y el PEI de cada escuela. Pero seriamente se complica cuando no se tiene en cuenta lo social, lo técnico, los recursos, porque ya no podemos abordar lo educativo como en el siglo XX, debemos abordarlos desde las exigencias del siglo XXI porque los cambios de la humanidad con relación a la distribución del saber, han cambiado.

Echeverría dice que “la sociedad atraviesa una época que corresponde al tercer entorno (E3) un nuevo espacio estructurado por tecnologías que extienden las capacidades sensoriales y cognitivas del ser humano”; donde comienzan a darse interrelaciones humanas. en un ambiente reticular caracterizado por las interconexiones, esa posibilidad de estar en todos lados a sólo “un click”.

La conectividad y la expansión en el instante del conocimiento es clave en esta revolución. Esta situación propia de nuestra época y de nuestra cultura, abre fronteras, estrecha lazos virtuales, lo colaborativo enriquece el saber lo magnifica lo fideliza.

Me pregunto ¿dónde ubicamos al docente en esta acción innata de los alumnos de “googlear” y tener la información al instante? 

El docente esta ahí para guiar, para encaminar y dirigir la búsqueda de la información, incentivando la investigación y el análisis. Su saber confluye con el alumno, desde el alumno para re-significar experiencias y conocimientos.

Barbero dice que cambiaron las formas de circulación del saber , que nada reemplaza a nada. El docente es parte de la circulación legítima del saber pero, ya no esta solo.

Agrega Barbero: “ Lo que se pone en juego es la capacidad de las instituciones académicas de rebasar, en la docencia como en la investigación, el plano de la renovación de contenidos o de técnicas, y afrontar el rediseño de los modos de producción del conocimiento, rediseño requerido hoy por una sociedad cuya compresión emborrona las fronteras de los saberes instituidos, al tiempo que desestabiliza las figuras profesionales establecidas”.

Negarnos como docentes es cerrar puertas a lo inevitable a lo que sucederá con o sin la aprobación de los docentes. Estará en ellos, en nosotros, re pensar las prácticas, actividades, relaciones con le saber y la disciplina, como conectamos en tanta conectividad. Alejarse es negarse, lo cual sería in-volucionar.



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